lunes, 14 de mayo de 2012

LA FORTALEZA DE PIEDRA DE IXIAMAS

Fueron múltiples los objetivos de la expedición al Río Alto Madidi. Primero que todo el reconocimiento, la documentación fotográfica y el estudio de la fortaleza de Ixiamas, una imponente estructura pre-incaica situada en la selva alta del departamento de La Paz.
En segundo lugar, la verdadera exploración, con fines naturalistas, del Río Alto Madidi, ubicado en pleno Parque Nacional Madidi, en laselva pluvial tropical de la Amazonía boliviana. Quería conocer personalmente las condiciones en las que se encuentran el Parque y los animales que lo habitan.
El tercer objetivo de la expedición al Río Alto Madidi fue antropológico: me interesaba verificar la existencia de los míticos Toromonas, una etnia amazónica que se cree viva en la parte más interna del Parque, completamente aislada del resto de la población boliviana.
En cuanto llegué a Rurrenabaque, simpática ciudad localizada en las orillas del Río Beni, contacté a mis guías expertos José Tirina y Félix Quajera. En los días siguientes organizamos la expedición planeando cómo llegar a zonas de selva primaria extremadamente apartadas donde ningún occidental ha puesto nunca un pie.
Partimos del pueblo de San Buenaventura, situado en la otra orilla del Río Beni, ya en el departamento de La Paz. En una van repleta de viajeros llegamos, después de cuatro horas de ardua carretera destapada, al Río Tequeje (un afluente del Beni). Ya era de noche y, por esta razón, preparamos el campo 1 justo debajo del puente que lo atraviesa.
Al segundo día empezamos a caminar hacia la fortaleza de Ixiamas. Teníamos datos fragmentarios sobre su ubicación, ya que algunos conocidos de Rurrenabaque nos habían asegurado que se encontraba en la cima de la montaña, al lado del Río Tequeje, en posición dominante, pero, en realidad, ni mis guías ni yo sabíamos con exactitud dónde se encontraba.
Empezamos el ascenso por un bosque húmedo e intrincado, si bien ya después de una media hora nos dimos cuenta de que no había sendero y de que la vegetación representaba un gran obstáculo en nuestro avanzar.
En todo caso, continuamos subiendo por la cuesta durante unas tres horas, prosiguiendo muy lentamente y utilizando el machete a cada paso. Seguíamos escalando la montaña, aunque caminar con nuestras pesadas mochilas (de aproximadamente 15 kg cada una, puesto que nos habíamos aprovisionado para unos 15 días) era sumamente difícil, no sólo por el peso intrínseco sino, sobre todo, por el hecho de que nuestros morrales se atascaban en ramas y lianas de árboles, entorpeciendo notablemente nuestro camino.



aproximadamente dos horas de caminata, llegamos a la entrada de la fortaleza, y de inmediato me di cuenta de las características megalíticas de esta imponente construcción: se trata de un área de unas 2 hectáreas, rodeada de una gran muralla de alrededor de 200 metros de longitud en total, y alta a veces hasta 3 metros. En su interior hay otros muros más bajos que probablemente fueron construidos como terraplenes.
Ubicación de la fortaleza de Ixiamas
Lat. 13 grados 53’.621 Sur – Long. 68 grados 09’.51 Oeste
Altura:903 metri s.n.d.m.
La construcción está situada exactamente en la cumbre del monte, en una posición dominante en la inmensa selva baja amazónica. Del lugar llamado mirador se puede divisar a lo lejos el pueblo de Ixiamas, en la pradera a izquierda del Río Tequeje.
¿Por quién fue construida? Y, sobre todo, ¿por qué?
En mi opinión, la fortaleza de Ixiamas fue edificada por un pueblo desconocido pre-incaico que dominaba la zona de selva alta inmediatamente adyacente a la selva baja amazónica. El hecho de que el muro defensivo sea tan grueso y alto hace pensar que este pueblo desconocido estuviese en guerra con los pueblos de la selva baja amazónica.
Sobre el hecho de si la fortaleza fue utilizada por los Incas en épocas sucesivas hay diversas opiniones: la mía es que los Incas tal vez la usaron, pero no con fines militares, ya que es bien sabido que mantenían buenas relaciones con los Moxos, quizá los verdaderos soberanos del legendario reino del Paititi; tal vez fue usada por los Incas como almacén de productos agrícolas y lugar de intercambio con los pueblos de la selva.
No obstante, ¿cómo llegaban hasta allí? Es evidente que debe haber en alguna parte un sendero que sirviera de acceso a la fortaleza, pero muchos años de abandono lo ocultaron probablemente casi por completo.
Después de cocinar un plato de arroz y fríjoles, justo en el lugar llamado “mirador”, regresamos al campo 2, de donde proseguimos a lo largo del arroyo, intentando alcanzar las orillas del Río Tequeje, para poder así continuar nuestra expedición al Río Alto Madidi.
YURI LEVERATTO
Copyright 2011

FUENTE: www.yurileveratto.com

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